- Al comunicarse, utilice frases positivas que no ofendan a sus hijos, ni atenten contra sus dignidad. Por ejemplo, en vez de usar la frase: "Eres un niño estúpido, nunca haces nada bien", puedes decir: " Ten mayor cuidado cuando realices alguna tarea".
- Evite gritos, insultos o golpes cuando sancione a sus hijos. Cualquier tipo de violencia hace que ellos se sientan menospreciados.
- Reconozca sus actividades y méritos. Sus logros deben se aprobados a través de palabras de aliento, pequeños obsequios u otros detalles.
- No exija más de los que ellos puedan dar. Algunos viven pendientes de la aprobación de sus padres, pero las expectativas de estos son tan altas, que no las alcanzan desarrollando una concepción disminuida de sí mismos.
- No lo compare. Los hijos son individuos únicos y por lo tanto diferentes a otros. La personalidad, las habilidades, aptitudes y actitudes de ellos son diversas, por lo que las comparaciones no tienen razón de ser.
Lino Díaz-Barriga S.
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