
Cuando nos preguntan sobre la comunicación que existe con nuestros hijos, decimos: "Yo hablo mucho con ellos". Pero si analizamos un poco más descubriremos que dicha comunicación solo se limita a dar instruciones: "No hagas esto", "limpia tu cuarto", "haz tus tareas".
Es importante crear momentos especiales para compartir en familia. Al abrir espacios para dialogar, estamos diciendo a nuestros hijos que nos interesa conocer lo que piensan, que pueden confiar en nosotros sus dudas y temores, que estamos siempre dispuestos a compartir la información que necesitan o les interesa conocer.
Escuchar es el componente más importante de una buena conversación, pero es el más difícil. A menudo, cuando decimos que estamos escuchando, damos señales que nos contradicen("sí, hijo, te estoy escuchando"; cuando en realidad estamos concentrados en un pograma de televisión). Muestre una actitud positiva frente a su hijo, ponga en atención a lo que dice y cómo lo dice, identifique lso sentimientos que está expresando al hablar, no lo interrumpa,concéntrese en escucharlo y asegúrese de comprender lo que ha querido decir. Escucharlo es entenderlo, entenderlo es amarlo.
Rogelio Pasco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario